7/27/2006

Mi primera vez...

...En una fiesta de música electrónica


Eran cerca de las 10 p.m., cuando salía de mi casa en busca de un taxi. Ya había planeado con antelación lo que iba a hacer esa noche: iría a una fiesta de música electrónica. Semanas atrás un amigo me había enviado por messenger el volante (panfleto, flyer, papel con la información del evento); y en vista de que no tenía nada mejor que hacer ese día pensé en ir. El principal motivo por el cual me decidí a ir fue por que para esa época estaba colaborando con una página de Internet de tipo underground, y me pidieron que fuese hasta el evento y tomara algunas fotos para publicarlas posteriormente en la página.

Cuatro “dilleis” locales y uno de la capital del país era lo prometido. Yo no sabía mucho de este tipo de fiestas. Cuando pensaba en Dj´s lo primero que se me venía a la cabeza eran los tipos que amenizaban un programa, por allá en los noventas, de Rctv llamado Tropa de Vacaciones. Recuerdo una miniteca llamada New York New York, donde un tipo, rodeado de cornetas grandísimas, le daba vuelta a unos discos y de esta forma hacia música. Para mi eso era un “dillei”.

Llegué al point (mi destino), a eso de las 10:25. Hay ciertas reglas no escritas sobre la puntualidad al momento de asistir a cualquier evento. Una de esas establece que nunca se debe llegar a la hora fijada. Lo recomendable es llegar con un elegante retraso, más o menos una hora luego que el evento haya comenzado. Pero como era la primera vez que yo iba a ese tipo de fiestas debía llegar temprano y así familiarizarme con el ambiente y con la gente que allí se encontrara.

Al bajarme del taxi, las primeras caras que vi, por suerte, eran conocidas. Varios compañeros de la universidad se encontraban allí. Salude a mis amigos y entré al lugar. Pagué los cinco billetes de mil que costaba la entrada y me colocaron un brazalete de color azul en mi muñeca derecha. La música que salía de las grandes cornetas no era mala, era más bien movida y entretenida. En el lugar había gente de todos los estilos, géneros, tribus, subculturas y cualquier clasificación posible. No es que a mí me guste etiquetar a la gente, pero la variedad y diversidad era evidente.

Dj “X” fue el primero en poner música, hard techno según uno de los asistentes. En una pared del lugar se proyectaban unas imágenes medio confusas. Muchos de los presentes apenas se comenzaban a mover al ritmo de los decibeles. Yo, armado con mi cámara, saludaba a uno que otro conocido y disfrutaba las melodías que brindaba el Dj. En ese momento eran como las 11:15 p.m.

En el lugar solo vendían agua, cosa que me pareció extraña. Loco por tomarme una cerveza, recordé que justo al lado del lugar donde se estaba realizando el evento quedaba una tasca. Sin pensarlo dos veces, y en vista de que no había mucha gente en el lugar todavía, decidí ir a beberme una cerveza, comprar media caja de cigarrillos y aprovechar para ir al baño a hacer pipí.

Al volver al sitio, me encontré con más personas de las que había visto tan solo 10 minutos antes. Dj “X” seguía con su música y ya eran varias las personas que se encontraban en la pista moviendo sus cuerpos al ritmo que el Dj imponía. En ese momento desenvainé mi cámara y tomé algunas fotos a los presentes. De pronto, se me ocurrió tomar una foto desde la vista del Dj; o sea, ubicarme detrás del Dj y así capturar una vista panorámica de la pista.

Yo me encontraba tomándoles fotos a las personas que bailaban, cuando un señor con cara de indio se acercó hasta el Dj y pidió que detuvieran la música unos minutos y que encendieran las luces. El señor decía que, al parecer, había algún problema con la electricidad, que agradecía que nos ubicáramos todos los presentes a la derecha del lugar, que era la izquierda para nosotros.

En ese momento en lo único que pensaba era en que, mientras solucionaban el problema, podría aprovechar el break, o receso, para ir a tomarme otra cerveza. Que inocente fui. Cuando me disponía a salir del local para ir a la tasca, para tomarme una cerveza, un señor, moreno y alto, me dice que no podía ir a ningún lado. Varios carros con luces azules y rojas intermitentes y sirenas comenzaron a llegar. Fue en ese momento cuando me di cuenta que lo del problema eléctrico era mentira; y que lo que verdaderamente estaba sucediendo era una redada con policías armados y todo.

Encendí un cigarrillo, mientras varios policías uniformados comenzaban a llegar al lugar mirándonos con el ceño fruncido. Un policía, barrigón y con bigotes, ordenó o los otros uniformados que revisaran a todos los presentes. Siguiendo las instrucciones del panzón con mostacho, comenzaron a revisar a cada uno de los que allí nos encontrábamos.

Estaba ubicado cerca de la puerta del local, por que yo pensaba salir a tomarme una cerveza en ese momento. Por eso, fui uno de los primeros en ser revisado. El policía que me revisó me ordenó que vaciara mis bolsillos y colocara mis pertenencias sobre una mesita. De mis bolsillos saqué mis llaves, mi pendrive, media caja de cigarros que acababa de comprar, mi teléfono celular, mi billetera y mi cámara digital. Los cigarrillos me los rompió, para saber si solo tenían nicotina y alquitrán.

Al señor policía que me revisó le expliqué lo que era un pendrive, le mostré mi cédula de identidad y mi carné de estudiante. Aunque parezca extraño, en ese momento solo le rogaba a Dios para que al policía no le gustara mi cámara y que, sin motivos, me la quitara. El policía luego de recorrer mi cuerpo bruscamente con sus manos, me dijo: “estas limpio, recoge tus vainas y ponte para aquel lado (señalando hacia su derecha)”.

Pensaba que como ya me habían revisado me podía ir del lugar; pero, al tratar de salir, un policía me dijo que de ese lugar no iba a salir nadie. Sin nada más que hacer, lo único que hice fue observar como revisaban a las demás personas. Varias cosas extrañas pude observar que les encontraban en los bolsillos a las otras personas. La mayoría tenía chupetas, caramelos y golosinas en general. Recuerdo que el policía rechoncho y de bigote comentó: “creo que llegamos tarde a la piñata”. Pero yo como que también había llegado tarde a la piñata, por que nunca la vi.

Al cabo de unos minutos, con la intención de desocupar un poco el espacio para facilitar el proceso de revisión y saber a quienes habían revisado y a quienes no, un uniformado nos pidió, a quienes ya habíamos sido revisados, que nos ubicáramos en el estacionamiento. No menos de veinte policías se encontraban allí esa noche. En toda mi vida no había visto tantos policías juntos.

Y allí estaba yo, en el estacionamiento, esperando ansioso el desenlace de esa noche; mi primera fiesta de música electrónica. Nos pidieron que los hombres nos situáramos a la derecha y las mujeres a la izquierda del estacionamiento. No es fácil, desobedecer a una persona armada. Pude ver como varios chicos debieron seguir las instrucciones y desde su lado del estacionamiento observaban a sus novias que se encontraban al otro lado.

Un chamo, que parecía acostumbrado a este tipo de situaciones, al ver en mi rostro una clara evidencia de preocupación e incertidumbre, me dijo: “no te preocupes pana, seguro nos llevan a todos presos y nos sueltan mañana”. Mi angustia aumentó, y no era para menos. Yo caminaba de un lado a otro, y lo único que escuchaba era cosas como: “nos van a dejar botados en un monte”, “nos van a caer a golpes”.

Yo no tenía idea de lo que iba a hacer; pero sin duda, sí sabía lo que no iba a hacer. Pasara lo que pasara no iba a llamar a mi mamá. Ella tenía tres noches seguidas de guardia en el hospital, y ese sábado iba a ser su primera noche en calma en los últimos cuatro días. Si llegaba a pasar algo, tenía pensado llamar a un tío.

Siempre he pensado que mis esfínteres, son independientes y que se gobiernan solos. Cada vez que estoy en alguna situación difícil me dan ganas de hacer pipí. Y aquella noche no fue la excepción. Me acerqué a uno de los policías que nos custodiaban y le pregunté: “disculpe señor, me estoy orinando ¿puedo ir al baño?”. El uniformado ni se inmutó. Insistí nuevamente y le volví a preguntar. El policía con un ligero movimiento de su cabeza me dio a entender que no me iba ser posible ir a orinar.

Alrededor de las 1:40 a.m., un policía, usando un megáfono, exclamó: “Señoras y señores ya la fiesta se acabó, se va de aquí todo el mundo; el que esté aquí dentro de cinco minutos, lo llevamos preso”. Después de eso, un amigo que andaba en su carro me ofreció el aventón, la cola, hasta mi casa. Sin pensarlo dos veces me embarqué en el vehiculo. Le pedí que me dejara en una licorería que está ubicada cerca de mi casa. Me bebí dos cervezas, una tras otra, de un solo trago. Así fue mi primera vez en una fiesta de música electrónica. Y no me quedaron ganas de ir a otra.


7/19/2006

Nuestro desarrollo está engavetado


La tesis es un requisito obligatorio como trabajo especial de grado para optar a un titulo universitario en Venezuela. En nuestro país existen 169 casas de estudios superiores, entre Universidades e Institutos y Colegios Universitarios. Según las estadísticas del Consejo Nacional de Universidades, CNU, solo en el año 2004 egresaron 101.118 del sistema de educación superior. Con estas cifras busco dar una idea de la cantidad de tesis que se desarrollan en el país.

Para la mayoría de los estudiantes de educación superior, la elaboración de la tesis representa el mayor stress al que se enfrentan en toda su carrera; ya que, es en el desarrollo de la misma donde se pueden poner en práctica los conocimientos aprendidos durante toda la etapa escolar.

La tesis es, básicamente, un trabajo de investigación donde se selecciona un problema, se limitan las variables, se buscan antecedentes, se utiliza una metodología específica según el objeto de estudio, se aplica un instrumento para recolectar información, se analizan los resultados y, por último, se hacen las conclusiones, recomendaciones y propuestas necesarias para solucionar el problema planteado.

Siempre he considerado que la aplicación del conocimiento es un factor determinante para salir del subdesarrollo. En la medida que la información que se desarrolla en las tesis se ponga en práctica para el desarrollo y perfeccionamiento de tecnologías, y estrategias, aplicadas al sector productivo del país, nuestra dependencia disminuirá y de esta forma podremos intentar ser un país en vías de desarrollo. Claro, esto solo seria uno de los elementos necesarios; también se debería conseguir una estabilidad política y económica.

¿Cuál es la finalidad de realizar una tesis, si ésta nunca se aplicará? ¿De que forma ayuda a un país, tener miles de tesis engavetadas en las bibliotecas de las universidades?

7/17/2006

Día del Salto Mundial


El próximo 20 de julio es la fecha pautada para, según la Wikipedia, el primer evento flashmob mundial. The World Jump Day consiste en organizar a 600 millones de personas alrededor de todo el mundo y lograr que todas salten al mismo tiempo con la intención de conseguir sacar al planeta Tierra de su orbita actual y tratar de ubicarla en una nueva orbita donde no nos afecte el calentamiento global.

Muchos debates científicos ya se han realizado en foros y blogs de todo el mundo. Hay quienes creen que tal vez sea posible desorbitar a la Tierra; mientras otros, escépticos y basados en principios físicos, prefieren mantenerse al margen y refutar los argumentos en los que se basa dicha teoría.

En la página oficial de The World Jump Day, se menciona que los estudios están avalados por el Prof. Hans Niesward, supuesto jefe del departamento de Física Gravitacional del Max Planck, lo curioso es que este señor no existe. Otro dato curioso es el hecho de que la página oficial de dicho evento está registrada a nombre de Torsten Lauschmann, un artista alemán que, al parecer, quería demostrar a sus amigos lo sencillo que es aprovecharse de la ignorancia científica de la gente.

Para los que estén interesados en echar su brinquito la cosa es el jueves 20 de julio de 2006 a las 07 horas 39 minutos y 13 segundos. Ya van 597.041.133 personas anotadas en la página oficial. Solo faltan menos de 3 millones. Yo si brinco, total, no pierdo nada.

Más info: Aquí, Aquí, Aquí y Aquí.

7/13/2006

Circunstancialidad

A pesar de que el nombre de este post es medio complicado de pronunciar, lo que implica es demostrable. Hoy quiero expresar con letras lo que lleva un par de días dando vueltas en mi cabeza. Hace un par de semanas, conversando con un amigo, me di cuenta de que nuestra actitud frente a determinadas situaciones está marcada por las circunstancias por las cuales hemos atravesado en el transcurso de nuestras vidas; además, de las circunstancias en las que se presente ésta situación.

Ahora trataré de explicar mi razonamiento de una forma lógica y racional. Tal vez, algunos de ustedes ya han pensado en esto. Quizá hayan decenas de libros y teorías acerca de lo yo estoy pensando. Lo que pienso es sencillo, solo que un poco peliagudo de explicar.

Yo, particularmente, no creo en los milagros. Quizás sea porque soy un poco escéptico a aquellas cosas que no se pueden explicar científicamente; o tal vez, será porque carezco de fe. Pero independientemente de que yo crea en algo o no, para muchos los milagros existen. Cómo le discuto yo a una persona que ha sido testigo de un milagro, quien vio a su madre en perfecto estado de salud luego de varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos y que el médico que la atendía no sepa que fue lo que ocurrió para que se curara de la noche a la mañana. Cómo le digo yo a esa persona que los milagros no existen.

De esta forma quiero ilustrar un poco lo que he estado pensando acerca de las circunstancias. Seguramente, a mí, como cualquiera de ustedes, algunas circunstancias me han llevado han llevado a creer algunas cosas o en algunas otras. Se debe tener cuidado al escupir hacia arriba, muchas veces las circunstancias podrían hacer que la saliva nos caiga en la cara. No dudo que si en algún momento soy yo quien es espectador de algún milagro o alguna de las cosas en las cuales no creo ─ serían estas las circunstancias ─, mi forma de pensar cambiaría y comenzaría a creer en aquello de lo que fui testigo.

Las circunstancias no solo forman nuevas actitudes frente a determinados hechos. También, las circunstancias pueden hacer que actuemos o reaccionemos de una forma distinta a la cual estamos acostumbrados. Pensemos en alguien, en una persona pacifica, que nunca ha usado la violencia; ahora pensemos que ese alguien llega a su casa y ve que un tipo está golpeando a su mujer. De qué forma crees tú que reaccionará. Acaso ver a un tipo que golpea a una persona que tu quieres ─ ésta sería la circunstancia ─ no será el detonante para que logres aflorar reacciones que nunca habías experimentado.
Posiblemente, me equivoque o todo lo que aquí he escrito no sean mas que tonterías para muchos; pero se que algunos piensan igual que yo. Las circunstancias son factores externos que, queramos o no, en alguna medida forman parte de nuestras vidas. Nunca digas nunca. Mientras tanto, seguiré siendo una feliz victima de las circunstancias...

7/11/2006

Cada quien celebra como mejor le place

El domingo terminó el mundial, ya todos sabemos que ganó Italia. Recuerdo que comenté alguna vez en el blog de K-2, que aquí en Venezuela las personas iban a salir a festejar ganara quien ganara. En Venezuela la colonia italiana es numerosa, pero a mí nadie me va a decir que las miles de personas que salieron a celebrar el triunfo de Italia tienen algún nexo, más allá de la pura simpatía por el pasticho, con el país de las pizzas.

Bueno, independientemente de lo que yo piense, la gente salió a las calles a hacer caravanas y a festejar. Unos usaban franelas azules, otros tenían los rostros pintados con los colores de la bandera de Italia, otros más rayaron los vidrios de sus vehículos con frases como: “forza azurri”, “Italia campeón”, etc.

Cada quien lo celebró, o lo disfrutó, como quiso. Unos bebiendo, otros gritando, otros llorando, otros más discutiendo; pero sin duda hubo una forma de celebración muy peculiar que me llamó la atención. Aquí les dejo la foto.

La foto la tomé en la ciudad de Cabimas, solo un par de minutos después de finalizado el juego de la final del mundial de futbol, donde Italia resultó campeón. Por un momento logré transportarme a Nueva Orleans, Luisiana, y me sentí como si en el carnaval de Merdi Gras me encontrara.

7/07/2006

Mariachi los Hermanos Chang

Los Hermanos Chang han vuelto; ahora convertidos en charros, dispuestos a hacerlos sentir como si en Jalisco estuviesen. Se rumora que el video que verán a continuación fue grabado en una fiesta que estaba siendo amenizada por el Mariachi de los Hermanos Chang.


(visita el nuevo negocio de los Hermanos Chang y luego me dices que tal)

7/06/2006

Malos lugares para buscar pareja

Definitivamente existen lugares donde es propicio conocer chicas. No es una locura pensar que si conoces a alguna chica en la playa, muy probablemente, encontraras una compañera para tus días de sol. Por el contrario, si conoces a alguna chica saliendo del baño de caballeros, no es seguro que ella sea la adecuada para establecer una relación. Y es que el lugar donde conoces a una chica es determinante para el futuro de una posible relación.

Aquí dejo una lista de algunos lugares donde no es conveniente conocer chicas:

* En Infieles Anónimas.

* En un Hospital psiquiátrico.

* En un concierto de reggaeton.

* En una marcha chavista.

* En Maltratadoras Anónimas.

* En un bar gay.

* En la lucha libre de mujeres. En especial si ella es quien pelea en el evento principal.

* En un zoológico. Mucho menos si ella se encuentra dentro de una jaula.

* En el público del programa de Laura en América.

* En una biblioteca, si ella esta leyendo “Cómo barrer el suelo con tu chico”.


Si crees que pasé uno por alto, deja tu comentario.

7/04/2006

Cómo cuidar tu cartera


Ya estoy harto de que mis amigos y familiares me digan que soy un descuidado, un torpe, un tonto, etc. En algún momento llegué a pensar que era el único que alguna vez ha botado o perdido algo.

He decidido, con la finalidad de ayudar a evitar que otros pierdan su cartera y sus pertenencias, dar algunas recomendaciones:

* Antes de montarte y antes de bajarte de un carro, agárrate la nalga del bolsillo dónde acostumbras colocar tu cartera. Si sientes el bulto en tu nalga podrás estar tranquilo, la cartera sigue allí.

* Coloca en tu cartera solo lo necesario. No guardes en tu cartera muchas cosas; ya que, en caso de extraviarla, también perderías todo lo que allí tenías.

* Usar una cadena que valla desde la cartera hasta trabillas del pantalón. Las trabillas son esas cosas por donde pasa la correa. Usar una cartera con una cadena no asegura que no te la puedan robar, pero por lo menos te sentirás un poco más seguro.

El hecho de que cumplas con las recomendaciones que aquí te doy, no te asegura que no perderás tu cartera. La única forma de no perder tu cartera es…….NO USAR CARTERA.

7/03/2006

Adiós cartera

Si pana, yo siempre agarro taxis, todos los días – le contesté al taxista.

Con razón, yo creo que alguna vez te he hecho alguna carrerita – me dijo, haciendo un intentó de entablar una conversación mientras llegábamos hasta donde yo iba.

Ok, señor, me deja por aquí en la casa de cerca blanca. ¿Cuánto es señor?

4.000 bolos

Saqué el dinero de mi cartera y le pagué.

Al bajarme del carro azul, no recuerdo que modelo, enciendo un cigarro y de mi celular llamó a mi amiga G para que salga a recibirme, porque me encontraba frente a su casa. En ese momento, justo después de llamar a mi amiga, me doy cuenta que no tengo mi cartera. Me reviso una y otra vez y nada, mi cartera no la tenia.

El taxi me dejo frente a la casa de mi amiga G, y no me había movido ni un metro de donde él me dejó. A menos que a la cartera la hubiesen salido pies, debía estar en el carro que me acababa de dejar en casa de mi amiga.

Cuando me amiga salió a abrirme los portones de su casa, me encontró hablando por celular.

Aló señor, yo soy el muchacho pelón, de lentes, que hace unos minutos llegó allá a la línea a pedir un taxi, bueno….

Aja… qué pasó – me dijo, interrumpiéndome, el encargado de recibir las llamadas en la línea de taxis.

Bueno, que dejé mi cartera en el asiento del taxi que me trajo; ubique al taxista por radio, dígale que dejé mi cartera en el asiento de adelante, que me la traiga que aquí le pago la carrera.

Verga pana, llama dentro de unos minutos para ubicar al taxista.

Ok pana, dile que es el chamo que acaba de dejar en la casa que queda cerca del CIED. El chamo que tenia una chaqueta azul, el chamo que usa lentes. Dile que lo espero donde me dejo para que me traiga la cartera.

Al pasar un par de minutos llamé de nuevo. Según el encargado de atender las llamadas en la línea de taxis, yo no dejé mi cartera en el carro. Me dijo que ya ellos dos, el taxista y él, habían revisado el carro completamente y nada, que allí no había dejado mi cartera. Le reproché no menos de cinco veces que estaba seguro que la había dejado en el asiento del copiloto, que la dejé sobre el asiento luego que le pagué al Sr. Taxista. Que revisara bien. Lo único que pude decirle fue que más nunca volvería a montarme en un taxi de esa línea.

La última vez que vi mi cartera, me encontraba en un taxi. Ella tenía unos 120.000 bolívares en su interior. Además de un par de fotos, mi cedula y algunos carnés.