Tengo varios tipos de libros; mejor dicho, tengo libros para leer en distintas ocasiones. Hay libros que solo los leí una vez; como El Diario de Adán y Eva, de Mark Twain. También tengo libros que releo de vez en cuando; como La Insoportable Levedad del Ser, de Milan Kundera. Ángeles y Demonios, de Dan Brown, es uno de esos libros que nunca terminé de leer, pero que todos los meses me prometo que lo terminaré.
De igual forma, tengo libros que no leo completamente de prologo a epílogo; si no, más bien, los leo poco a poco y de manera muy informal. Dentro de este grupo de libros se encuentra el Diccionario Básico de Mitología, de Manuel Giménez. Mi interés por la mitología comenzó debido a algo trivial; de niño veía unas comiquitas japonesas, de tipo anime, llamada Los Caballeros del Zodiaco, y desde allí quedé pegado con la mitología.
Un libro que también ubico en la categoría de los que leo frecuentemente, sin orden alguno, es el Bhagavad Guita. Este libro fue un obsequio que recibí en un intercambio de regalos en las navidades de 2004. Recuerdo que para esa época yo andaba fascinado con las enseñanzas Buddhistas.
El Bhagavad Guita no es un texto Buddhistas, si no Hinduista, pero de igual forma me gustó mi regalo. Este libro relata como Krishna, una de las deidades más importantes y veneradas en la India, instruye y enseña a Arjuna, su discípulo, en pleno campo de batalla. El Bhagavad Guita es un poema filosófico de 700 versos que, según muchos investigadores, tuvo lugar en la India hace más de 5.000 años.
Hace un par de días, abrí el Bhagavad Guita y comencé a leer el capítulo XVIII, El Yoga de la Distinción entre las Tres Clases de Fe. En este capítulo Krishna le dice a Arjuna que existen tres clases de fe, y que estas son inherentes a la naturaleza de las personas. En el mismo capítulo, se ahonda sobre estas tres clases de fe: la sáttvica (pura), la rajásica (apasionada) y la tamásica (oscura). No profundizaré más en esto, porque no soy muy avezado en el tema.
Después de leer algunos versos de ese capítulo, en mi cabeza muchas cosas quedaron dando vueltas. Razono sobre la fe. Siempre me he definido como una persona lógica y racional, por eso es que me cuesta tanto entender algo tan profundo como lo es la fe. Comenzaré por aclarar mis ideas en cuanto a que significa y que implica la palabra fe.
La palabra fe proviene del latín fides, que significa creer o confiar. Por fe se puede entender aquella creencia en algo sin necesidad de confirmación por la razón, la experiencia o la ciencia. Es pocas palabras, creer en aquello que no podemos ver y que tampoco podemos demostrar o explicar. Asimismo, se pueden considerar dos tipos de fe: Humana (cuando es a un humano a quien se cree) y Divina (cuando es a Dios a quien se cree).
Creo en una fuerza superior, que aun no he visto; me fascina la idea de pensar que no estamos solos en el universo, aunque no tenga evidencias concretas; a veces rezo, sin saber si alguien me escucha. La fe es igual al amor, esta allí, si quieres lo tomas y lo disfrutas, pero si tratas de comprenderlo no podrás experimentarlo plenamente.