La suerte de las feas

Hace un par de días una amiga me dijo algo que me pareció muy estúpido. Ella me decía que: “la suerte de las feas, las bonitas la desean”. Después de ese día comencé a pensar en eso. Mi amiga está equivocada.

A mi nadie me puede decir que una persona que es extraña físicamente, por decirlo de una forma sutil, tiene suerte. Porque yo no creo que una chica de cabellos rubios, ojos claros y un cuerpo esbelto envidia a uno de esos engendros femeninos que abundan por doquier. Y mucho menos que eso se aplique en Venezuela; donde, por lo menos, el 56 % de los habitantes se preocupa más por su apariencia física que por otra cosa, somos el país que pasa más tiempo mirándose al espejo, son nuestras mujeres, las venezolanas, las que consumen más productos cosméticos y de bellezas, esto según un estudio serio que realizó, en más de 30 países del mundo, la consultora norteamericana de marketing Roper Starch World Wide.

Este estudio no hace más que evidenciar que nosotros, los venezolanos, no queremos ser feos y hacemos todo lo posible por ser, o parecer, bonitos. Ya es común escuchar, que una de nuestras primas, conocidas o amigas haya decidido olvidarse de vestido, de vals, de fiesta de quince años; ahora las quinceañeras lo que quieren de regalo es que les operen las tetas, le hagan la lipo o una rinoplastia.

Según un artículo que vi publicado en la página Web de la Unesco, es sorprendente cuanto ha aumentado el porcentaje de cirugías plásticas en Venezuela, se estima en casi un 60 % en los últimos 15 años El precio de las operaciones es superior a las 2.000 $; todo esto contrasta cruelmente con la realidad, si tenemos en cuenta que un 70 % de la población venezolana es de clase media baja pa´ bajo. Solamente las operaciones de implantes mamarios han crecido en un 306 %. Una lectura de esto seria que muchas de las venezolanas dejan de comerse una arepa para reunir dinero para poder operarse y dejar de ser feas. Ya hay quien dice que no hay mujeres feas sino pobres.

Si es verdad eso de que la suerte de las feas las bonitas la desean, entonces en Venezuela no hubiese tantas mujeres queriendo ser bonitas. Porque, si ser fea es bueno para que voy a querer ser bonita. No es lógico. Si fuese cierto eso de que las feas tienen suerte, entonces en Venezuela las clínicas estéticas estuviesen full de gente que quisiera que le pusieran un ojo tuerto o quizá para que les implanten un lunar con algunos vellos.

De seguro muchos pensarán y estarán convencidos de que lo que verdaderamente importa es la belleza interna; yo estoy completamente de acuerdo. Pero lo que podamos pensar dista mucho de la realidad. Sea como sea, las feas no tienen suerte. Y si alguna fea lee este post, que no se moleste en enviarme un e-mail insultándome, o en dejarme comentarios ofensivos, que mejor aproveche y envié un e-mail al programa de Maite Delgado, Te Llegó la Suerte, pa´ que la operen y la pongan bella, aunque no se si ese programa se acabó ya.