06/06/06, y no pasó nada

Ayer fue el día 06/06/06 y, al igual que con el Y2K, me quedé esperando y no pasó nada. El día de ayer comenzó con una ligera lluvia, nada fuera de lo común. Tenía plazo hasta el 06/06/06 para pagar la cuota de la universidad, si no me iban a rebotar en la entrada. Entonces me levanté bien temprano y decidí ir a hacer el deposito en el Banco Venezuela. Mi tía iba saliendo a su trabajo y como en la vía quedaba el banco, me dio el aventón.

Como a eso de las 7:45 a.m., llegué al banco, y desde el carro pude notar la gran cantidad de personas que se encontraban frente a las puertas del banco, esperando que llegasen las 8:30 a.m., hora a la que abre sus puertas la institución financiera, para entrar. El único gesto que hice fue llevarme la mano derecha a la cara y la dejé caer lentamente sobre mi rostro. En las afueras del banco había mucha gente y yo debía estar en clases a las 8:50 a.m.

Me bajé del carro de mi tía, en medio de la llovizna que todavía estaba cayendo, y me acerqué hasta la muchedumbre. Noté que muchos de los presentes usaban gorras coloradas con el emblema de una de las misiones promovidas por el gobierno nacional. Había no menos de 60 personas. Maldito 06/06/06, pensé, ahora tendré que pasar toda la mañana metido en una cola. Los primeros en la cola estaban con almohadas, sabanas y viandas en las manos. En el estacionamiento del banco había 3 buses, luego de verlos fue que comprendí el porqué, mejor dicho, el cómo había llegado la gente.

Pasaron 20 minutos, y decido acercarme un poco hasta la puerta principal del banco y veo a una de las cajeras y le pregunto que si el autobanco abría también a las 8:30 porque me resultaba más cómodo y rápido pagar un taxi para poder hacer el deposito por el autobanco; a lo cual me respondió: “no te preocupes, que toda esa gente viene a cobrar lo de la misión Vuelvan Caras, tú no tienes que hacer esa cola; los clientes del banco entran haciendo otra cola”. Uff, menos mal, pensé reconfortado.

Al ingresar a las instalaciones, tome un numero de la maquinita, y me senté a esperar que mi numero apareciera en la pantallita para poder realizar el deposito. 308, 308; parpadeaba en la pantalla y me acerqué hasta la ventanilla que me indicaba. Realicé mi depósito, sin contratiempo alguno y me dirigí hasta la universidad.

Así comenzó mi día de ayer, y de igual forma terminó. No sucedió nada. Ya a eso de las 11 p.m., conversando con mi hermanita de 11 años, sobre el tan popular día, que ya se acercaba a su fin, ella me explica:

"Hoy sí se acabó mundo, lo que pasa es que fue muy rápido; todos morimos, pero revivimos de una vez y no nos dimos cuenta"

Encontré este video, no es muy bueno, pero vale la pena verlo.